miércoles, 29 de noviembre de 2006

MACISTE (1915) de Vincenzo Denizot y Luigi Romano Borgnetto

Primera aparición de Maciste en Cabiria (1914)


Maciste podía perder la camisa, pero jamás la cabeza. Así reza uno de los rótulos de la primera película dedicada por entero al personaje: un hombre robusto, que exagera lo que tiene con una actitud chulesca, levantando el pecho, y que, al mismo tiempo, sabe utilizar con destreza su fuerza para salvarse de las situaciones en la que le colocan sus adversarios, principalmente austríacos (no olvidemos la Gran Guerra).

Maciste (1915) sería el equivalente a lo que hoy en televisión se conoce como spin off, una nueva serie de ficción protagonizada por un personaje que ya participaba de otra y cuya popularidad ha llevado a crear un producto específico para él de cara a aprovechar el filón. Eso sí, aquí de una manera especial e imaginativa. El personaje había aparecido ya en Cabiria (1913-1914) como un fortachón al servicio de un romano en el siglo III a.C. que actúa para salvar a una niña (la propia Cabiria) del sacrificio al que le han destinado los fenicios. En el primer Maciste (y en los que siguieron durante la etapa muda), el personaje es actualizado en el contexto de la I Guerra Mundial. ¿Cómo se pasa de una época a otra sin perder coherencia? La respuesta en el próximo párrafo, donde se describe el argumento, con un recurso del cine en el cine.

Una joven, atosigada por una banda de delincuentes, se refugia en una sala de cine en la que proyectan Cabiria. Allí queda impresionada de las hazañas y de la fuerza de Maciste e intenta contactar con el actor que lo interpreta para que le ayude a ella y a su madre. Éste acepta el reto e inicia su enfrentamiento con la banda, que coloca al héroe en situaciones al límite de la muerte. Buena parte de la película discurre entre los mamporros de Maciste contra sus adversarios, el lucimiento de sus bíceps y las soluciones imaginativas que adopta para salvarse. Dos ejemplos de esto último. A Maciste le conducen siguiendo una pista a una especie de bodega, le cierran la puerta y activan un mecanismo por el que el suelo se abre hacia una caldera. Solución de Maciste: se sujeta con fuerza con una flexión de pared a pared y va escalando de esa forma para colocarse por encima de la puerta y poder regodearse de sus rivales, que creen ya muerto en las aguas humeantes; luego, una vez se han ido, se va descolgando y salta fuera de la bodega. Otra situación: Maciste ha quedado inconsciente de un golpe y ha sido maniatado. Uno de los de la banda se queda junto a él en una chimenea para custodiarlo, mientras el resto ha ido en busca de medios para hacerlo desaparecer (aunque el vigilante lleva una pistola). Lo primero que le viene a la cabeza al espectador es que quizás podría servirse del fuego de la chimenea para quemar sus ligaduras, aunque faltaría antes poder deshacerse del vigilante. ¿Qué hace Maciste? La solución en el próximo párrafo.

Maciste, al despertar, aprovecha un momento en que el vigilante se levanta y se acerca a una mesa para intentar atraparlo entre el mueble y sus pies, presión con la que consigue dejar inconsciente a su rival. Acto seguido se acerca a la mesa y visualiza la habitación; allí descubre otra mesa más pequeña que consigue trasladar encima de la otra con ayuda de la boca. Luego se encarama encima de ella hasta situarse justo debajo del techo de madera, que consigue atravesar con la cabeza. Allí está maniatada la joven secuestrada, a la que quita las ligaduras con ayuda de los dientes. Una vez liberada, ella hace lo propio (pero con las manos) con las cuerdas que atan a Maciste y consiguen salir de la casa juntos. Métodos como éste hacen del personaje, utilizando referentes de ficción actuales, una mezcla entre MacGywer y Bud Spencer. En su descripción falta un detalle: aunque gusta de romperse las vestiduras para mostrar sus bíceps, también tiene una forma supuestamente elegante de vestir, con estrambóticos trajes (pantalones a cuadros y esas cosas), pañuelos en el cuello y sombreros pequeños.

El actor, Bartolomeo Pagano, no había participado en el cine antes de que fuera contratado para Cabiria. Fue resultado de una búsqueda iniciada por Giovanni Pastrone y sus colaboradores. Estos le descubrieron descargando mercancías en el puerto, tras haber hecho un infructuoso cásting entre unos cien candidatos. Aunque inicialmente no estuvo interesado en hacerse actor, al final firmó un contrato con la Itala Film que le convertía en Maciste a la edad de 36 años, personaje que no abandonó hasta la llegada del sonoro y que interpretó en películas como Maciste alpino (1916), Maciste innamorato (1919), Maciste imperatore (1924), Maciste contro lo sceicco (1925), Maciste all' inferno (1925) y Maciste en la jaula de los leones (1926), por citar los más célebres. La serie ideada por Pastrone, quien supervisó la película de 1915, perteneció a la estrategia de la Itala Film de etiquetar sus productos con el recurso de "Una película de...": una película de la Bertini, una película de Cretinetti, una película de Maciste...
El personaje, al que dedicaremos un dossier en otro momento, sobrevivió a la muerte de Pagano en 1947. Imitado, cuando no copiado, en otras cinematografías, volvió en el cine sonoro italiano durante la etapa de mayor éxito del peplum, con lo que Maciste retornó a su origen romano. Curioso viaje de ida y vuelta.




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